...Tema para esta semana: Exorcismo...

jueves, 3 de diciembre de 2009

La prueba del "Mal"



De todos los tipos de manifestaciones paranormales, las posesiones son sin duda las más difíciles de explicar científicamente, puesto que involucran una serie de comportamientos por parte del poseído que implican desde gritos muy fuertes y agresividad hasta heridas que transmiten mensajes, cambios drásticos del tono de voz e incluso el uso de idiomas ajenos al conocimiento del sujeto.


Existe un caso muy interesante acerca de posesiones y exorcismos, el cual resultará familiar para muchos a pesar de que nunca lo hayan escuchado. Este es el caso de Robbie Mannheim, un niño de 14 años normal que vivía en Mount Rainer. Robbie tenía una muy buena relación con su tía, quien era médium y que juntos realizaron frecuentemente sesiones de Ouija para poder contactarse con los espíritus. El 15 de enero de 1949 comenzaron a ocurrir ciertos fenómenos extraños en la casa. Se empezaron a escuchar rasguños y pasos en las paredes. Once días más tarde, la tía del niño fallece en St. Louis un sábado. Robbie intentó comunicarse raudamente con su ría a través de la Ouija.


Semanas después el pequeño comenzó a presentar comportamientos un tanto extraños, por lo que lo llevaron a un psiquiatra, mas no padecía de ningún mal cerebral.


El jueves 17 de febrero en casa del reverendo Luther Miles, después de ver cómo se movía violentamente la cama en la que descansaba Robbie, le advirtió a los padres a que acudieran a un exorcista.


El 27 de febrero al muchacho le fue practicado su primer intento de exorcismo, donde atacó brutalmente al sacerdote Hughes con un muelle arrancado de un colchón del hospital de Georgetown donde se encontraba.


Más adelante, sobre el cuerpo de Robbie comenzaron a aparecer cortes de los cuales surgían palabras como sábado Louis y odio, por lo que se dedujo que la presencia demoníaca dentro de su cuerpo era de su tía.


El 16 de marzo se le volvió a practicar un exorcismo, mientras que el Robbie escupía a los presentes y aparecían palabras como infierno y rencor. También trató de llamar la atención con provocaciones sobre relaciones sexuales entre monjas y sacerdotes. Incluso llegó a decir frases en latín, lengua que él no conocía.


Por último lo internaron en una residencia mental donde se le aplicó una última sesión para liberarlo del ente diabólico que lo poseía. Fue en este lugar donde se produjeron los hechos más brutales. Sobre el pecho de Robbie apareció la palabra “salida” acompañada de una flecha señalando hacia el miembro viril del pequeño. Después, según el obispo, comenzaría a hablar como el mismísimo diablo. El aspecto físico del niño se había tornado siniestro y había subido la temperatura del ambiente.


El 18 de abril a las 11pm, se realizaba un trigésimo intento de exorcismo, Robbie se revolcaba y gritaba, "¡Satán!", "¡Satán!". Soy Michael, y ordeno a Satán y a los otros espíritus malignos, que dejen este cuerpo, en el nombre de Dominus. ¡Inmediatamente!, ¡Ahora!, ¡Ahoraaa!, ¡Ahorraaa! La reacción de Robbie hacía éstas palabras, fue violenta, sus espasmos aumentaron drásticamente hasta que de pronto se tranquilizó de repente. Elevó la mirada hacia los sacerdotes y dijo: "Se ha ido".


Está historia le interesó a William Peter Blatty, quien la quiso publicar. Los familiares de Robbie no aceptaron esta propuesta por lo que a Blatty no le quedó otra opción más que crear una historia similar pero con otro protagonista, en este caso, Regan MacNeil, una niña de 12 años.

Es impresionante el comportamiento que presentan los poseídos y, más aún, el hecho de que se pueda “expulsar al ente diabólico” por medio de instrumentos como una cruz o agua bendita. ¿Es que acaso la existencia de una divinidad y una criatura diabólica es real? ¿Serán estos acontecimientos prueba sólida para fundamentar la existencia de la religión? Hasta ahora no existe una propuesta que demuestre lo contrario, en tales casos.
Diego Alfaro

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