
Los estigmas, llamadas señales divinas por su similitud a las llagas de Cristo, sufridas en el momento de su pasión, así mismo muchas veces conocidas como producto del demonio, consideradas como una señal que se apodera del débil de fe. Sin una explicación convincente para escépticos, que no creen hasta que poder vivir este fenómeno ya que en este mundo de hoy, rodeado de mentiras y de tecnología con la que se puede llevar a cabo sinnúmero de cosas que no se podrían explicar con seguridad, es imposible tomar como cierto una afirmación que no pueda ser probada por uno mismo.
Sin embargo existe un punto de consideración que se aparta de lo religioso, que toma este tema como algo inusual pero con una explicación, la cual implica conocer la mente y su poder para saber qué se es capaz de hacer con ella. La ciencia, si se podría llamar así, explica este fenómeno llamado estigma como un efecto secundario que se podría causar al estar en un estado de concentración, relajación y meditación extremo, en el cuál al estar en un estado de éxtasis extremo, casi inconscientes, el cuerpo actúa por sí mismo, provocando estos daños físicos, heridas superficiales semejantes a las heridas de Cristo; esta explicación viene de la llamada parapsicológica, pues estudia y explica los fenómenos paranormales, los cuales según esta ciencia, no pueden ser captados por los sentidos.
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